¡Pero qué cómodo es legislar desde el desconocimiento!
Abolir la prostitución... Mientras tanto, los menores acceden a la pornografía cada vez desde una más temprana edad.
Mientras tanto, cada vez más adolescentes llegan al sexo con la cabeza llena de dominaciones que no han elegido.
Mientras tanto, seguimos enterrando mujeres cada semana y viendo cómo crece la violencia sexual entre menores.
Pero claro, lo urgente es abolir la prostitución. Qué casualidad que siempre sea más fácil controlar el cuerpo de las mujeres que educar al país.
Como profesional del sexo, como terapeuta y como mujer que ha trabajado en todos los bordes del deseo, solo puedo decir que el abolicionismo es una forma más de hipocresía institucional. Porque no se legisla para protegernos, sino para silenciarnos.
¿De verdad creen que prohibiendo el trabajo sexual desaparece el deseo, la necesidad, el intercambio o el mercado?
Lo único que desaparece con la abolición es la seguridad de las trabajadoras y su posibilidad de ser tratadas como ciudadanas con derechos. Y eso, señoras y señores, no es feminismo. Es paternalismo con pretensiones de virtud.
A todas estas personas que legislan contra la prostitución desde el desconocimiento les invitaría a una jornada en mi consulta.
A escuchar.
A mirar sin prejuicio.
A entender la diferencia entre trata y trabajo sexual libre.
A dejar de confundirnos con víctimas para sentirse ellos los héroes.
Soy terapeuta sexual, sí. Y con más dignidad que muchos que viven del enchufe, el pelotazo y el escaño heredado.
Mi trabajo no da votos, pero da alivio.
No infla titulares, pero sostiene cuerpos y rescata deseos.
Cuando se animen a legislar para erradicar la pobreza, garantizar vivienda, acceso a salud mental o proteger a la infancia de la industria pornográfica (esa sí salvaje, anónima y sin escrúpulos) hablamos.
Hasta entonces, me seguiré dejando la piel por los cuerpos que me necesitan, mientras otros se la dejan en las moquetas del Congreso, fingiendo salvarnos.
Muchos besos con mi dignidad intacta y la conciencia bien tranquila.