A las buenas noches, soy El Maera.
Pues miren ustedes, yo me aficioné a las profesionales en Bilbao, allá por los primeros noventa, cuando los locales de la calle General Concha estaban en todo su esplendor.
En los números altos de la calle, llegando a la plaza de toros, había cinco o seis garitos, dos de ellos inmejorables: el Stark y el Belle Epoque.
Aquello era divino, por el módico precio de mil duritos, podías disfrutar con unas brasileñas y unas colombianas de bandera.
Pero empezaron a protestar las asociaciones de vecinos, el feminismo redentor y los meapilas peneuvistas. Consiguieron cerrar prácticamente todos. La "mejoría" en la calidad de vida del barrio fue "evidente". Donde antes estuvieron los locales, aparecieron teterías, locutorios de panchitos y otros negocios lumpen, con su "distinguida" clientela... la degradación es palpable. Cuando estaban las masajistas, los bares de la zona, las peluquerías, las tiendas de ropa, funcionaban a todo tren. Había alegría y dinero en el barrio de Irala, ahora sólo hay ruina y muchos conflictos, mientras que los clientes eran señores discretos que no se metían con nadie.
Ahora únicamente, mantiene el tipo y el nivel el local "Doña Urraca", en la Alameda de Recalde. Porque "El Pelícano", único que sobrevivió de la zona caliente, está arrasado...
Yo no viví la época dorada de la Palanca bilbaína, con cien mancebías en la mítica calle de Las Cortes, pero viví los años buenos de General Concha... ahora cuando paso por ahí, siento lástima, con lo que fue aquello! Allí, en cien metros, estuvo concentrado el mejor divertimento de España. Y ahora no hay nada, otro logro más de la progresía.
Supongo que ahora la movida bilbaína estará en pisos, pero es una pena que desapareciesen aquellos sitios tan buenos y con tan buenos precios.
Oh tempora, oh mores!
Pues miren ustedes, yo me aficioné a las profesionales en Bilbao, allá por los primeros noventa, cuando los locales de la calle General Concha estaban en todo su esplendor.
En los números altos de la calle, llegando a la plaza de toros, había cinco o seis garitos, dos de ellos inmejorables: el Stark y el Belle Epoque.
Aquello era divino, por el módico precio de mil duritos, podías disfrutar con unas brasileñas y unas colombianas de bandera.
Pero empezaron a protestar las asociaciones de vecinos, el feminismo redentor y los meapilas peneuvistas. Consiguieron cerrar prácticamente todos. La "mejoría" en la calidad de vida del barrio fue "evidente". Donde antes estuvieron los locales, aparecieron teterías, locutorios de panchitos y otros negocios lumpen, con su "distinguida" clientela... la degradación es palpable. Cuando estaban las masajistas, los bares de la zona, las peluquerías, las tiendas de ropa, funcionaban a todo tren. Había alegría y dinero en el barrio de Irala, ahora sólo hay ruina y muchos conflictos, mientras que los clientes eran señores discretos que no se metían con nadie.
Ahora únicamente, mantiene el tipo y el nivel el local "Doña Urraca", en la Alameda de Recalde. Porque "El Pelícano", único que sobrevivió de la zona caliente, está arrasado...
Yo no viví la época dorada de la Palanca bilbaína, con cien mancebías en la mítica calle de Las Cortes, pero viví los años buenos de General Concha... ahora cuando paso por ahí, siento lástima, con lo que fue aquello! Allí, en cien metros, estuvo concentrado el mejor divertimento de España. Y ahora no hay nada, otro logro más de la progresía.
Supongo que ahora la movida bilbaína estará en pisos, pero es una pena que desapareciesen aquellos sitios tan buenos y con tan buenos precios.
Oh tempora, oh mores!