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Estimados cofrades,
Sus cuento un I+D en Las Rozas de Madrid, calle Soria, que se produjo a finales de la semana pasada.
En estas fechas, se anuncian con esos dos teléfonos, dos chicas: Camila y Sintia (sic). Supuestamente, ambas colombianas. La primera más gordita y clara y la otra más morena y prieta. Como no conocía el lugar y me pilla muy cerca de la oficina, decidí acercarme a ver qué tal estaba el género.
El lugar está bien, aunque no es demasiado discreto (hay bastante gente) es muy fácil de aparcar (hay un parking justo al lado) y es un chalet de aspecto antiguo por fuera. LLamo, y tras esperar un buen rato, me abre la puerta Sintia. La chica está muy bien físicamente, y aunque tuneadas, diría que es la de las fotos. Eso sí, de colombiana tiene que un día le dió un masaje a Juan Valdés. Es africana.
Las mentiras, especialmente las innecesarias, son siempre una señal de problemas, pero ¿quién da marcha atrás en un momento así? Por dentro, el chalet es enorme, sobre todo para sólo dos chicas. Se nota que ha vivido mejores tiempos, porque ahí cabe un batallón de masajistas: suficientes para invadir Andorra, capturar y traer a los youtubers de vuelta. Está muy limpio, pero desangelado y la decoración es muy antigua. En sus tiempos, debió de ser la bomba.
Nos vamos a una de las habitaciones y bueno... implicación muy baja, apatía total, nada que no hayáis visto ya.
Si tenemos en cuenta los precios (60/100) y que a menos de 1 km está el piso de nuestras amigas orientales de Asiáticas Majadahonda, no hay razón para acudir ahí. Las chinitas pol menos (50/80) oflecel mucho más.
Eso sí, ese local con buenas profesionales, sería la bomba. A ver si Masajes Cristal o Mimosas L' Amour se animan a poner una filial.
Sus cuento un I+D en Las Rozas de Madrid, calle Soria, que se produjo a finales de la semana pasada.
En estas fechas, se anuncian con esos dos teléfonos, dos chicas: Camila y Sintia (sic). Supuestamente, ambas colombianas. La primera más gordita y clara y la otra más morena y prieta. Como no conocía el lugar y me pilla muy cerca de la oficina, decidí acercarme a ver qué tal estaba el género.
El lugar está bien, aunque no es demasiado discreto (hay bastante gente) es muy fácil de aparcar (hay un parking justo al lado) y es un chalet de aspecto antiguo por fuera. LLamo, y tras esperar un buen rato, me abre la puerta Sintia. La chica está muy bien físicamente, y aunque tuneadas, diría que es la de las fotos. Eso sí, de colombiana tiene que un día le dió un masaje a Juan Valdés. Es africana.
Las mentiras, especialmente las innecesarias, son siempre una señal de problemas, pero ¿quién da marcha atrás en un momento así? Por dentro, el chalet es enorme, sobre todo para sólo dos chicas. Se nota que ha vivido mejores tiempos, porque ahí cabe un batallón de masajistas: suficientes para invadir Andorra, capturar y traer a los youtubers de vuelta. Está muy limpio, pero desangelado y la decoración es muy antigua. En sus tiempos, debió de ser la bomba.
Nos vamos a una de las habitaciones y bueno... implicación muy baja, apatía total, nada que no hayáis visto ya.
Si tenemos en cuenta los precios (60/100) y que a menos de 1 km está el piso de nuestras amigas orientales de Asiáticas Majadahonda, no hay razón para acudir ahí. Las chinitas pol menos (50/80) oflecel mucho más.
Eso sí, ese local con buenas profesionales, sería la bomba. A ver si Masajes Cristal o Mimosas L' Amour se animan a poner una filial.