A los buenos días, soy El Maera.
Después de estar unos días haciendo maldades por el centro de Bilbao, voy a hacer un resumen de la situación actual del masajerio bilbaíno. Desgraciadamente este es un resumen incompleto porque las muy famosas Yoko y Valeska están cerradas en agosto por vacaciones. Pero de lo que he podido ver, la cosa está más o menos así:
1.- Agencia Jone. En Alameda de Recalde 17. Tienen doce o trece chicas, 100 euros la hora. Hay una tal Silvia que es una auténtica valkiria. Se trata de una rubiaza alta y con tipazo, de las que ponen de acuerdo a todo el mundo. Además se porta muy bien. El resto de las chicas son más normales, dentro de un nivel más que aceptable.
2.- Lorea, en la Alameda de Urquijo. El cierre del Doña Urraca ha hecho que las pupilas de este local se hayan distribuido por el Lorea y el Pelícano. En el Lorea tenemos ahora a Alexia, una rumana con un palmito que quita el hipo, es una galga. No destaca ni por la simpatía, ni por la destreza, pero tener ese cuerpo, merece la pena.
Ana María es una brasileña madurita y de buen ver, la buena profesional de toda la vida.
Victoria es una rusa muy guapa y muy joven. Tiene estudios universitarios y es muy educada y agradable. Su trato es exquisito, es como una novia comprensiva y enamorada. En la camilla es sumisa y entregada. Esta chica es perfecta como acompañante a una cena, por ejemplo. Quien quiera masaje fuerte, que no se vaya con ella, quien quiera suavidad y dulzura, tiene en Victoria a la chica perfecta.
También hay una mulata espectacular, que mide 1.80, es muy guapa y sus curvas son muy rotundas, pero es más borde que la madre que la parió. Hay una rubia brasileña con pinta de modelo... y luego un puñado de sudamericanas más del montón.
Un gran atractivo del Lorea son las copas, sirven unos gintonic excelentes. Y las habitaciones están bien. 70 euros la tirada de media hora. Ahora mismo el Lorea es nuestro sitio de referencia.
3.- El Pelícano. Calle Machín, enfrente de la Plaza de Toros. Este fue el mejor sitio de Bilbao hace 15 años, después cayó en un marasmo espantoso. Pero ahora está mucho mejor, gracias a algunas de las náufragas del Doña Urraca que han recalado por allí. Está Cristina, una rubiaza espectacular y de curvas muy rotundas, que además es muy simpática. Además de Cristina, hay un puñado de rubias de muy buen ver. Las instalaciones del Pelícano están muy bien (nada que ver con los zulos del Urraca), y los precios son los convencionales, 70 media hora, 130 la hora.
Nos han dicho que el Lidos también tenía buenas chicas, pero no hemos ido. A este lugar le tenemos manía por su espantosa decoración con fetiches del Vudú haitiano. Aquello parece el infierno, da miedo.
4.- La Palanca. Nos hemos dado una vuelta por La Palanca, a ver cómo está ahora el que fue hace 50 años el mejor barrio chino de España. El Edén y demás lugares de la calle de Las Cortes, siguen funcionando. Pero el material es totalmente de derribo, lleno de toxicómanas, viejas y feas. En la puerta de uno de aquellos antros, una mujer feísima y sin dientes, nos exhorta:
- ¡Entrad, aquí hay muchas chicas guapas!
Mi amigo Jorge se llevó tal susto, que echó a correr cuesta abajo y no conseguimos detenerle hasta el puente de San Antón. La Palanca es ideal para quien guste de las mujeres más sórdidas y solanescas, pero a quien le gusten las chicas guapas, que no vaya por allí porque no hay ninguna. Además es muy peligroso.
Y así está la cosa. El cierre del Doña Urraca ha venido de perlas a los centros del entorno, que han incrementado sus plantillas con las chicas que de verdad merecen la pena. Parece que el cierre del Urraca fue inevitable porque a pesar del excelente nivel de sus chicas, aquellas habitaciones cuchitril contravenían todas las normas de seguridad. Este verano el ambiente bilbaíno ha estado bastante más animado que los últimos años. Pero el nivelazo que había en los garitos de General Concha en los noventa, no se ha vuelto a igualar, ni creo que se vuelva a repetir. Y todo el mundo echa de menos a la Jesulina, una brasileña del Urraca, muy valiente y de cuerpazo espectacular, que ha dejado recuerdo en la muy noble y leal villa de Bilbao.
Después de estar unos días haciendo maldades por el centro de Bilbao, voy a hacer un resumen de la situación actual del masajerio bilbaíno. Desgraciadamente este es un resumen incompleto porque las muy famosas Yoko y Valeska están cerradas en agosto por vacaciones. Pero de lo que he podido ver, la cosa está más o menos así:
1.- Agencia Jone. En Alameda de Recalde 17. Tienen doce o trece chicas, 100 euros la hora. Hay una tal Silvia que es una auténtica valkiria. Se trata de una rubiaza alta y con tipazo, de las que ponen de acuerdo a todo el mundo. Además se porta muy bien. El resto de las chicas son más normales, dentro de un nivel más que aceptable.
2.- Lorea, en la Alameda de Urquijo. El cierre del Doña Urraca ha hecho que las pupilas de este local se hayan distribuido por el Lorea y el Pelícano. En el Lorea tenemos ahora a Alexia, una rumana con un palmito que quita el hipo, es una galga. No destaca ni por la simpatía, ni por la destreza, pero tener ese cuerpo, merece la pena.
Ana María es una brasileña madurita y de buen ver, la buena profesional de toda la vida.
Victoria es una rusa muy guapa y muy joven. Tiene estudios universitarios y es muy educada y agradable. Su trato es exquisito, es como una novia comprensiva y enamorada. En la camilla es sumisa y entregada. Esta chica es perfecta como acompañante a una cena, por ejemplo. Quien quiera masaje fuerte, que no se vaya con ella, quien quiera suavidad y dulzura, tiene en Victoria a la chica perfecta.
También hay una mulata espectacular, que mide 1.80, es muy guapa y sus curvas son muy rotundas, pero es más borde que la madre que la parió. Hay una rubia brasileña con pinta de modelo... y luego un puñado de sudamericanas más del montón.
Un gran atractivo del Lorea son las copas, sirven unos gintonic excelentes. Y las habitaciones están bien. 70 euros la tirada de media hora. Ahora mismo el Lorea es nuestro sitio de referencia.
3.- El Pelícano. Calle Machín, enfrente de la Plaza de Toros. Este fue el mejor sitio de Bilbao hace 15 años, después cayó en un marasmo espantoso. Pero ahora está mucho mejor, gracias a algunas de las náufragas del Doña Urraca que han recalado por allí. Está Cristina, una rubiaza espectacular y de curvas muy rotundas, que además es muy simpática. Además de Cristina, hay un puñado de rubias de muy buen ver. Las instalaciones del Pelícano están muy bien (nada que ver con los zulos del Urraca), y los precios son los convencionales, 70 media hora, 130 la hora.
Nos han dicho que el Lidos también tenía buenas chicas, pero no hemos ido. A este lugar le tenemos manía por su espantosa decoración con fetiches del Vudú haitiano. Aquello parece el infierno, da miedo.
4.- La Palanca. Nos hemos dado una vuelta por La Palanca, a ver cómo está ahora el que fue hace 50 años el mejor barrio chino de España. El Edén y demás lugares de la calle de Las Cortes, siguen funcionando. Pero el material es totalmente de derribo, lleno de toxicómanas, viejas y feas. En la puerta de uno de aquellos antros, una mujer feísima y sin dientes, nos exhorta:
- ¡Entrad, aquí hay muchas chicas guapas!
Mi amigo Jorge se llevó tal susto, que echó a correr cuesta abajo y no conseguimos detenerle hasta el puente de San Antón. La Palanca es ideal para quien guste de las mujeres más sórdidas y solanescas, pero a quien le gusten las chicas guapas, que no vaya por allí porque no hay ninguna. Además es muy peligroso.
Y así está la cosa. El cierre del Doña Urraca ha venido de perlas a los centros del entorno, que han incrementado sus plantillas con las chicas que de verdad merecen la pena. Parece que el cierre del Urraca fue inevitable porque a pesar del excelente nivel de sus chicas, aquellas habitaciones cuchitril contravenían todas las normas de seguridad. Este verano el ambiente bilbaíno ha estado bastante más animado que los últimos años. Pero el nivelazo que había en los garitos de General Concha en los noventa, no se ha vuelto a igualar, ni creo que se vuelva a repetir. Y todo el mundo echa de menos a la Jesulina, una brasileña del Urraca, muy valiente y de cuerpazo espectacular, que ha dejado recuerdo en la muy noble y leal villa de Bilbao.