La verdad que yo no era muy fetichista, sin embargo hace unos meses tuve una buena amiga separada y un día me dijo que tenía que dejarme llevar y que tenía que prepararme algo que me iba a gustar, en la cama soy muy dominante y siempre me gusta llevar mis ideas, dar el placer a la chica y a partir de ahí ya que venga lo que sea pero ese día reconozco que viví una experiencia que nunca olvidaré.
Isa y yo quedamos en el mismo hotelito cercano a la playa donde otras veces habíamos quedado, ella llevaba una pequeña bolsa y yo andaba mosqueado porque llevaba toda la semana jurándole que me dejaría llevar por su juego, cuando entramos ella estaba muy caliente, sus besos eran más jugosos, sus caricias más directas, su respiración más entrecortada y yo reconozco que me puse más tierno, me llevo a la ducha, otras veces podíamos a empezar a follar en la ducha pero esta vez ella se contenía y dejaba mi mente abierta a que podía pasar de todo en la habitación.
Una vez en la cama sacó de su bolsa un antifaz y me lo puso, me susurró al oído con una voz entrecortada que hoy ella jugaría conmigo que llevaba una semana pensando en ello, la muy cabrona me ató a la cama, brazos y piernas, he de decir que no me va, no me gusta verme así pero me dejé llevar, ella se dedicó a lamerme todo el cuerpo, incluidos los pies y dejó mi polla totalmente empalmada sin tocar, tenía un hormigueo concentrado por esa parte, después de ese alargado repaso por mi cuerpo me dijo que me quitaría el antifaz para que viese que sorpresa me deparaba, me pidió que cerrase los ojos aunque me quitase el antifaz, yo fui bueno y así lo hice, cercana a mi polla sentí la voz de Isa, cuando abrí los ojos vi mi polla tiesa y la cabecita de Isa con una de esas máscaras de cuero que cubren toda la cara hasta el cuello, con una cremallera, sólo viendo sus ojos de color miel y sus labios rojos que ya de por si destacan, un tanga negro y ella en estado juguetón y luego muy receptivo, tengo que decir que fue una pasada, cuando me comía la polla y la veía con esa máscara y el juego de sus labios mi excitación llegaba a un extremo muy alto pero lo mejor fue cuando me folló, ella es muy flexible, ejercita su cuerpo para ello, cuando se me sentó encima abierta totalmente y subía y bajaba muy despacio, en alguna ocasión se dejaba entera metida y estallaba ella de placer, no tardó mucho en tener un gran orgasmo y yo andaba muy caliente, lo mejor fue cuando me dijo que como quería correrme, le dije que en su boca, ella siguió jugando, se fue al borde de la cama y me dijo que me correría cuando ella quisiese, hizo conmigo lo que quiso, me sentí usado pero reconozco que fue uno de mis mejores polvos y todo gracias al tema de la máscara y las cuerdas.
Lástima que se acabó la relación.