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Admirados cofrades,
Vengo a pedir ayuda y consejo. Desde hace ya un año, acudo con bastante frecuencia al gabinete de una misma profesional. Las razones son varias, me pilla cerca, tiene tarifas razonables, es buena chica y sus masajes son por lo general muy buenos. Esto no quiere decir que no haya desventajas, sin embargo, los pros superan los contras.
¿Y qué demonios me preocupa? Pues que me parece que con la confianza, el rendimiento está cayendo. En vez de parrafadas de profundo significado en Francés, pasamos a charletas inconsecuentes, la puerta de atrás de su despacho a veces está cerrada, y ¡colmo! el móvil parece que a veces fuese más interesante que el micrófono.
Ante la pérdida de rendimiento laboral, hace unas semanas he tomado la decisión de despedirla. Ahora bien, ya no estoy seguro de que sea una buena idea, porque cuesta tanto encontrar una chica que funcione bien (y en mi caso que me pille cerca)...
Además, desde que se ha ido Raquel (de Masajes Cristal) he pasado a apreciar aun más a mis regulares.
Sabiendo que no es una esposa, que una vez logrado su objetivo, puede desentenderse del fornicio puesto que ya no le interesa, aquí sí le interesa igual que antes o más. Supongo que para ellas también será dificil conseguir clientes regulares, normales, limpios y que no dan trabajo.
Lo que yo quiero, es resetearla como Windows. Apagar, encender y volver a cómo estábamos antes.
Nunca lo he hecho ni sé si es posible. ¿Alguien lo ha logrado? He pensado en hablar claramente con ella. ¿Opiniones?
Vengo a pedir ayuda y consejo. Desde hace ya un año, acudo con bastante frecuencia al gabinete de una misma profesional. Las razones son varias, me pilla cerca, tiene tarifas razonables, es buena chica y sus masajes son por lo general muy buenos. Esto no quiere decir que no haya desventajas, sin embargo, los pros superan los contras.
¿Y qué demonios me preocupa? Pues que me parece que con la confianza, el rendimiento está cayendo. En vez de parrafadas de profundo significado en Francés, pasamos a charletas inconsecuentes, la puerta de atrás de su despacho a veces está cerrada, y ¡colmo! el móvil parece que a veces fuese más interesante que el micrófono.
Ante la pérdida de rendimiento laboral, hace unas semanas he tomado la decisión de despedirla. Ahora bien, ya no estoy seguro de que sea una buena idea, porque cuesta tanto encontrar una chica que funcione bien (y en mi caso que me pille cerca)...
Además, desde que se ha ido Raquel (de Masajes Cristal) he pasado a apreciar aun más a mis regulares.
Sabiendo que no es una esposa, que una vez logrado su objetivo, puede desentenderse del fornicio puesto que ya no le interesa, aquí sí le interesa igual que antes o más. Supongo que para ellas también será dificil conseguir clientes regulares, normales, limpios y que no dan trabajo.
Lo que yo quiero, es resetearla como Windows. Apagar, encender y volver a cómo estábamos antes.
Nunca lo he hecho ni sé si es posible. ¿Alguien lo ha logrado? He pensado en hablar claramente con ella. ¿Opiniones?
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