- Desde
- 31 Jul 2023
- Mensajes
- 17
- Puntuación de reacción
- 38
Sin intención de seguir el forochat, y con permiso de @Jersey, poco más que añadir al comentario de arriba, y por supuesto me sumo a los respectivos comentarios siguientes. Si no conoces a Dani y sueltas eso, es que eres un completo ignorante (por no decir otra cosa, vaya).
Pero en fin, que nos liamos, la sexualidad es algo que cada uno lleva como quiere (o muchas veces, como puede). Si me permitís que coja prestado eso de "una simple transacción económica" (y sin entrar en más detalles), pues oye, cada uno es libre de hacer lo que crea conveniente con su dinero y si, como en estos casos, es por un espectacular masaje como los de Dani, pues oye, quienes somos el resto para criticarlo. Y sea por la razón que sea, que tampoco estamos para "juzgar" a nadie, ni mucho menos.
Muchas veces resulta más sencillo (y placentero, si me apuras) acudir a tu masajista que encontrar el masaje por ahí. Llega un momento en el que, por lo que sea, te invade la pereza y simplemente recurres a lo que ya conoces, o a lo que te han contado que es fantástico, que no le das más vueltas, pides la cita y allá que vas.
Respecto a la sexualidad de uno mismo, pues pienso que es muy importante conocerse a uno mismo y no avergonzarse cuando "pasan cosas", véase, gatillazos (aquí a un servidor sólo le ha pasado una vez, por suerte), o irse antes de tiempo, son cosas que pueden pasar y son totalmente naturales, hay que vivir con ello. Y oiga, que no es el fin del mundo.
Los gustos también cambian, a medida que pasan los años, las ansias de enterrar el muñeco pasan a un segundo plano, buscas más preliminares, juegos, un roce aquí, un mordisquillo allá, y unos besos por acá, o que te toquen en cierto sitio donde todavía hay muchos que reniegan y no saben lo que se pierden... y luego, si se tercia, pues entierras el muñeco!
Pero como dice Dani, hay más formas de alcanzar un clímax extremadamente gratificante que con el "metesaca" (que obviamente también, claro).
Yo personalmente, siempre me ha gustado mucho hacer (siempre que me dejen, guiño-guiño), pero de cuando en cuando no viene nada mal dejarse hacer (doble guiño-guiño).
Y por ahora, todo sigue firme en su sitio sin necesidad de ayudas externas, el soldado está preparado para uno, dos, o los asaltos que sean necesarios.
Pero en fin, que nos liamos, la sexualidad es algo que cada uno lleva como quiere (o muchas veces, como puede). Si me permitís que coja prestado eso de "una simple transacción económica" (y sin entrar en más detalles), pues oye, cada uno es libre de hacer lo que crea conveniente con su dinero y si, como en estos casos, es por un espectacular masaje como los de Dani, pues oye, quienes somos el resto para criticarlo. Y sea por la razón que sea, que tampoco estamos para "juzgar" a nadie, ni mucho menos.
Muchas veces resulta más sencillo (y placentero, si me apuras) acudir a tu masajista que encontrar el masaje por ahí. Llega un momento en el que, por lo que sea, te invade la pereza y simplemente recurres a lo que ya conoces, o a lo que te han contado que es fantástico, que no le das más vueltas, pides la cita y allá que vas.
Respecto a la sexualidad de uno mismo, pues pienso que es muy importante conocerse a uno mismo y no avergonzarse cuando "pasan cosas", véase, gatillazos (aquí a un servidor sólo le ha pasado una vez, por suerte), o irse antes de tiempo, son cosas que pueden pasar y son totalmente naturales, hay que vivir con ello. Y oiga, que no es el fin del mundo.
Los gustos también cambian, a medida que pasan los años, las ansias de enterrar el muñeco pasan a un segundo plano, buscas más preliminares, juegos, un roce aquí, un mordisquillo allá, y unos besos por acá, o que te toquen en cierto sitio donde todavía hay muchos que reniegan y no saben lo que se pierden... y luego, si se tercia, pues entierras el muñeco!
Pero como dice Dani, hay más formas de alcanzar un clímax extremadamente gratificante que con el "metesaca" (que obviamente también, claro).
Yo personalmente, siempre me ha gustado mucho hacer (siempre que me dejen, guiño-guiño), pero de cuando en cuando no viene nada mal dejarse hacer (doble guiño-guiño).
Y por ahora, todo sigue firme en su sitio sin necesidad de ayudas externas, el soldado está preparado para uno, dos, o los asaltos que sean necesarios.