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Empiezo diciendo que no sólo hay que contar lo bueno, lo malo también ayuda.
Estuve con Olivia, visité a Rebeca después de muchísimo, ella atenta, muy maja tanto al teléfono como en persona, encantadora sencillamente.
Olivia fue la masajista elegida y el polo opuesto a Rebeca en cuanto a trato, cercanía y tal, es guapa, tiene un cuerpazo, es un pibón vamos, pero ahí el punto final. El masaje francés no quería hacerlo con naturalidad, según ella nunca lo hace, de cariñitos olvidaros, a mí me mandó a la ducha, ella no pasó por ahí, pero limpia estaba.
Viendo su actitud y que es fanática de los relojes y como las condiciones del masaje no eran las pactadas, me vestí (después de ducharme tenía que hacerlo) y le dije que me iba con respeto y en muy buen tono y se fue sin un hasta luego, vino Rebeca a despedirme pero no vi nada de los 70 € por el masaje de media hora, me dijo algo así que todos los días no sale el Sol, así que si queréis conocer a un pibón ve pero sólo encontrarás eso.
Estuve con Olivia, visité a Rebeca después de muchísimo, ella atenta, muy maja tanto al teléfono como en persona, encantadora sencillamente.
Olivia fue la masajista elegida y el polo opuesto a Rebeca en cuanto a trato, cercanía y tal, es guapa, tiene un cuerpazo, es un pibón vamos, pero ahí el punto final. El masaje francés no quería hacerlo con naturalidad, según ella nunca lo hace, de cariñitos olvidaros, a mí me mandó a la ducha, ella no pasó por ahí, pero limpia estaba.
Viendo su actitud y que es fanática de los relojes y como las condiciones del masaje no eran las pactadas, me vestí (después de ducharme tenía que hacerlo) y le dije que me iba con respeto y en muy buen tono y se fue sin un hasta luego, vino Rebeca a despedirme pero no vi nada de los 70 € por el masaje de media hora, me dijo algo así que todos los días no sale el Sol, así que si queréis conocer a un pibón ve pero sólo encontrarás eso.